Despues del café de las cinco se sirve un dedo de paciencia, y espera que se acerque la hora.Entonces abre la puerta,con sigilo.Entonces toma asiento, a oscuras. E imagina un principio tomando los diez últimos minutos de la película.
Intenta, mediocremente, romper con la rutina de acomodador.
El hombre es un animal de costumbre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario