Amar la trama y el desenlace de cada respiración, mientras los cristales del coche se empañan y dibujamos calendarios donde los sábados tienen veintiseis horas. Tres de ellas siempre para olvidar la distancia de entresemana.
Las manos limpias, el pecho altivo, por querernos a cada rato mejor.
Anatomía cóncava y convexa es la desproporción en los árboles del bulevard, tan huérfanos, tan flacos.
Dejamos tres calles más atrás el primer noviembre de la década.
1 comentario:
El primer noviembre de la década. No lo había visto así, pero ahora esa perspectiva me asusta.
Publicar un comentario