¿Será posible tener bajo la piel un cronómetro que cuente cada beso? ¿y cada paso? Una vez leí que un niño a los diez años ha recorrido una distancia aproximada de un viaje ida y vuelta a la luna.
Quizá con los besos que he ido repartiendo estos años sean suficientes para construir algo asi como un muro de Berlín, "y tú te quedas fuera" "Y tú dentro", y repartir mi ciudad interior en laberintos transitables e intransitables.
1 comentario:
Me estoy dedicando, ahora que he terminado los exámenes, a buscar blogs que con cada entrda me digan algo.
Así que bienvenida al club. ^^
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