domingo, 19 de abril de 2015
sábado, 11 de abril de 2015
sería bonito que alguien te cogiera de la mano y te dijera: el tiempo no existe, así que no tengas prisa.
sería bonito que las calles estuvieran dispuestas por oficios, como antes, y encontrar: la calle de los reparadores de almas, de los besamanos, de los que hacen cosquillas con las pestañas y otras profesiones importantes.
sería bonito rebobinar una tarde con un boli bic, para detener el tiempo, ese que no existe.
pero también podemos quedarnos con esto y engalanarnos la tristeza de contar segundos.
sería bonito que las calles estuvieran dispuestas por oficios, como antes, y encontrar: la calle de los reparadores de almas, de los besamanos, de los que hacen cosquillas con las pestañas y otras profesiones importantes.
sería bonito rebobinar una tarde con un boli bic, para detener el tiempo, ese que no existe.
pero también podemos quedarnos con esto y engalanarnos la tristeza de contar segundos.
Oda al amor efímero
Desde que me despierto cada mañana mi voz está contigo, en letargo, esperando impaciente y muda llegar a tus oídos.
Te cuento tantas cosas a lo largo del día...sobre tu vida, sobre la mía, sobre todas las cosas menudas que se pierden en la rutina y no alcanzan el momento de perforar la distancia para desparramarse lentas e ingenuas hasta ti.
Te cuento que he resucitado, como un milagro de una semana santa profana, abriendo los poros a la primavera, cosiendo una amalgama de optimismos incipientes en algún lugar de mi conciencia. Que he encontrado una palabra en femenino que no llego a pronunciar porque se pierde en alguna parte que separa mi pensamiento de mi lengua.
Te cuento que faltan por materializar la piel y el verbo y que tengo tiempo y tengo las ganas para inventar veredas de ilusiones y romper los trampantojos que nos vienen asfixiando el alma. Que hay un nuevo credo de verdades que aún no te han roto la boca porque pienso mordértela yo y luego ir lamiendo una a una cada plegaria que hagas.
Te cuento tantas cosas a lo largo del día...sobre tu vida, sobre la mía, sobre todas las cosas menudas que se pierden en la rutina y no alcanzan el momento de perforar la distancia para desparramarse lentas e ingenuas hasta ti.
Te cuento que he resucitado, como un milagro de una semana santa profana, abriendo los poros a la primavera, cosiendo una amalgama de optimismos incipientes en algún lugar de mi conciencia. Que he encontrado una palabra en femenino que no llego a pronunciar porque se pierde en alguna parte que separa mi pensamiento de mi lengua.
Te cuento que faltan por materializar la piel y el verbo y que tengo tiempo y tengo las ganas para inventar veredas de ilusiones y romper los trampantojos que nos vienen asfixiando el alma. Que hay un nuevo credo de verdades que aún no te han roto la boca porque pienso mordértela yo y luego ir lamiendo una a una cada plegaria que hagas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)