jueves, 23 de abril de 2009

Todos guardamos secretos. Algunos parecen más oscuros a la luz del día.

Yo tengo una ventana abierta, desde la que entra una claridad que me ciega. Al otro lado todo es azul y se balancea. Todo está en calma.

Él teclea desde hace años historias en el marco de la ventana. Mirando mis días grises, creando la calma azul al otro lado. Se coló, de casualidad, y me enganché.

Desde entonces me mete en cada letra. Persigue mi biografía. Y mi vida persigue sus letras, sus ensoñaciones, sus dudas, sus miedos, sus gritos, sus pausas, sus amores, su soledad, su mareo, su locura romántica, su poesía. Su forma de ver la vida. Su ternura, su compasión, su corazón y cada uno de los que inventa. Sus palabras, su lengua, su sexo.

Ayer resonaban risas sarcásticas...y a la vez pase ese umbral que separa mis días grises, de aquel azul en calma que logra marearme. Y me cegué en una habitación de hotel podrida de respiraciones repetidas y agotadas, de aire consumido de segunda mano. Y viajé a Roma sin haber estado nunca.

Tengo mi mundo podrido de sus casualidades, sus círculos, de palabras capicuas, de intentar siempre encontrar la mágia en cualquier banco de una calle intransitable...Es capaz de meterse en mi cabeza sin ninguna resistencia por mi parte. No puedo hacer nada. No quiero. Y bucea, y se hunde,más dentro,siempre más dentro, hasta creer que respiro rayos de sol y por las venas me corre agua. Fantaseo con escaparme a alguna isla, fingir que soy de Malta y pedir arroz para una, autoconvenciendome de que no necesito a nadie para vivir. ¡Voy a vivir sola!, con mi ventana azul en calma.

Hago aviones con tickets pasajeros, y vivo con la incertidumbre continua de una frase que salio volando un día cualquiera. Porque los días que amanecen sin ser remarcados son los que vuelven tu mundo del revés y las casualidades se apresuran, sobre todo si hace frío.

Creo que el mundo que inventa y me deja descubrir, es mi estado de enamoramiento. Cuando veo ese azul me enamoro de la vida. Porque mis ojos tienen ganas de mirar, y él de contarme en imagenes mis dolores cotidianos.


Esperaré el tiempo que haga falta la casualidad de mi vida.

No hay comentarios: