miércoles, 16 de marzo de 2011

Cuantas esquinas cupieron en tu infranqueable belleza de marfil y terciopelo guardaban agujeros negros que gravitaban en otras eras. Eras de jaulas vacías y esdrújulas, eras de narcisos, limones y algún que otro can mal herido. Fue la vanidad capaz de airear. Fueron miedo, dolor, asco y resignación capaces de encerrar en necrópolis odiseas. Finales sin final.

3 comentarios:

Meme dijo...

De lo mejor que te he leído hasta ahora.

TruHan dijo...

en momentos me senti referido... lo soy

m. dijo...

tras un tiempo de silencio en mi mundo del blog vuelvo a leerte y siempre con la misma sensacion de que lees y expresas todo, de una forma que pocos lo hacen.