jueves, 7 de agosto de 2014

skyline

me gustan esos lugares donde alguien ha bautizado el perfil de una montaña como la mujer dormida. siempre hay uno por horizonte, igual que ilusos por familia o mercaderes de seda en el rastro, es un cupo a cubrir.

el verano habita mi piel, le abro los poros y le alquilo la epidermis por quincenas.

llenamos el tiempo de retales: un cine, un paseo, una tarde de siesta. una acuarela en blanco donde diluir las estaciones. los verbos peligrosos traicionan la boca, los adjetivos injustos que van seguidos de convenciones para llenar el tiempo. no sé si es más vulgar la conveniencia o la soledad. encoge los hombros y sigue danzando en lenguas exóticas. hay un golpe a la vuelta de la esquina para deshacer todas las certezas que has ido acumulando como versículos de tu pequeña biblia profana. hay un golpe de los buenos, lo sé. y se te desharán los estigmas.

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