jueves, 13 de noviembre de 2008

Hay buenos días tan palpables por los que mataría...Cuando se enredan los bostezos con el sol que entra por la ventana y hacemos de la cama un nuevo universo.Se desperezan las agujetas y hay una terraza esperando con dos cafés en cualquier calle de cualquier ciudad.

Hay buenos días en los que tu voz se entrecorta en un teléfono o cuenta anecdotas de cafés que no he tomado contigo. Le echa las cartas al futuro, me ruega por unos mimos, juega con mis silencios, y sobre todo me da aliento para el resto del dia

2 comentarios:

m. dijo...

Y ojalá todos los días fueran así de buenos...

El Tigre de Mompracem dijo...

Esos días que dan aliento no deberían acabarse nunca!