domingo, 22 de febrero de 2009

Todavía queda escarcha, gritos desentonados y hambre en las esquinas. Un florero con agua tibia y cuatro pétalos flotando. Un silbido de antaño, una repetición, dos besos en el aire. Una frase dicha y cuatro teclas desafinadas en el piano, un baul de los recuerdos bastante desgastado. Un serial sin audiencia, una tapa y espuma de cerveza derramada. Y en la barra tus palabras, tu manera de juntarlas, la dejadez de un domingo. El calor de un invierno que juega a engañar, rompiendo los ultimos rayos de la tarde en el cristal vagabundo de torpezas.

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