domingo, 31 de mayo de 2009


¿Será posible tener bajo la piel un cronómetro que cuente cada beso? ¿y cada paso? Una vez leí que un niño a los diez años ha recorrido una distancia aproximada de un viaje ida y vuelta a la luna.

Quizá con los besos que he ido repartiendo estos años sean suficientes para construir algo asi como un muro de Berlín, "y tú te quedas fuera" "Y tú dentro", y repartir mi ciudad interior en laberintos transitables e intransitables.

1 comentario:

A-KanΦ dijo...

Me estoy dedicando, ahora que he terminado los exámenes, a buscar blogs que con cada entrda me digan algo.

Así que bienvenida al club. ^^