viernes, 22 de agosto de 2008

Hay esperas y esperas...

Se puede esperar el autobús, a que abran la barra libre,
se puede esperar cinco minutos o toda una vida.
Se puede esperar con aire incierto una lluvia de estrellas surgidas de la constelación de Perseo, se pueden esperar los trailers de una pelicula francesa, a que enciendan las luces, a quedarnos a solas...
Se puede esperar dos cigarro, cinco a veces, o toda una cajetilla.
Los diez minutos de cortesia, los dos de antelación.
Se puede esperar acompañado, pero la verdadera espera es cuando tienen frío los huesos, y parece desaparecer la facultad del habla porque hace siglos que no medias palabra.
Se puede camuflar la espera,esperando otras cosas que nadie esperaría que esperaras.
Irónico, pero la esperanza cuando se espera (muchas veces) es lo primero que desaparece...Luego queda la inercia,la carrerilla...hasta el que dirán...

Sabes que hay cosas que esperarías toda una vida,y cosas por las que desesperas al pasar dos hojas de revista.
Hay cosas esperadas y otras que no esperas,y aun así llegan...Tampoco porque una cosa se espere tardará menos en llegar, ni más, todo depende del reloj de espera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay días en los que no sé si soy yo quien espera, o es la espera quien espera por mi.
Mereció la pena llorarte cuando hubiera dado la vida por esperar lo que ahora espero.
Te espero con dulzura, con toda la nostalgia del que se sabe en un sitio del mundo, aunque a veces parezca que no puedo tocarlo con la mano. No es cierto. Sólo lo parece.