No hay días de más, hay razones de menos
y un mal trago acelerado en el último bar
antes de que me propusieras saltar a las vías.
Esperamos impacientes a que nos atropellara el primer tren
como antes lo hicieron los agravios
pero no pasó, doscientos catorce metros antes
cambió de raíl. Y allí nos quedamos
con desenfrenos populosos, sin escena del sofá.
No hay días de más, hay razones de menos.
5 comentarios:
Per-fe-cto. Con este has conseguido una musicalidad impactante. Tal vez me ha parecido un poco fría la forma de enfocar los finales, pero adecuadamente madura, como viendo cosas desde la perspectiva. NO sé si era eso lo que querías, pero me has hecho sentir desde la lejanía.
y excusas de sobra
ves en color lo que los demás vemos solamente en blanco y negro.
Los días siempre son de menos, quizá sea lo único que tenemos y verdaderamente es nuestro: el tiempo que tan mal sabemos gestionar.
...nada más.
Uf! Confieso que este texto me mató.
Publicar un comentario